El flujo de caja de cualquier proyecto se compone de cuatro elementos básicos:
Egresos iniciales de fondos
Corresponden
al total de la inversión total requerida para la puesta en marcha del
proyecto. El capital de trabajo, si bien no implicará siempre un
desembolso en su totalidad antes de iniciar la operación, se considera
también como un egreso en el momento cero, ya que deberá quedar
disponible para que el administrador del proyecto pueda utilizarlo en su
gestión.
Los ingresos y egresos de operación
Constituyen
todos los flujos de entradas y salidas reales de caja. Es usual
encontrar cálculos de ingresos y egresos basados en los flujos contables
en evaluaciones de proyectos, los cuales no necesariamente ocurren de
forma simultánea con los flujos reales.
El momento en que ocurren los ingresos y egresos.
Anteriormente
habíamos visto que los ingresos y egresos de operación no
necesariamente ocurren de forma simultánea con los flujos reales, lo
cual constituye el concepto de devengado o causado, y será determinante
el momento en que ocurran los ingresos y egresos para la evaluación del
proyecto.
El valor de desecho o salvamento del proyecto.
Al
evaluar la inversión normalmente la proyección se hace para un período
de tiempo inferior a la vida útil del proyecto. Por ello, al término del
período de evaluación deberá estimarse el valor que podría tener el
activo en ese momento, ya sea suponiendo su venta, considerando su valor
contable o estimando la cuantía de los beneficios futuros que podría
generar desde el término del período de evaluación hacia delante. La
inversión que se evalúa no solo entrega beneficios durante el período de
evaluación, sino que durante toda su vida útil, esto obliga a buscar la
forma de considerar estos beneficios futuros dentro de lo que se ha
denominado el valor de desecho.

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